Adopte una posición contra la discriminación
Opóngase al Acta de Igualdad
Amigos, quería escribirles sobre la llamada “Acta de Igualdad”, pendiente en el Congreso.
Si pasaen su forma actual, restringirá nuestra capacidadde administrar nuestras escuelas católicas, hospitales e incluso parroquias de acuerdo con las enseñanzas de Cristo y la Iglesia. El Cardenal Dolan, de Nueva York expresa elocuentemente el asunto en cuestión y quiero compartir su artículocon ustedes.
Obispo Michael C. Barber, SJ
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Por el Cardenal Timothy Dolan
Especial para El Heraldo Católico
Los estadounidenses han sido un pueblo tolerante durante mucho tiempo. En añosrecientes, ha habido gran preocupación y quejassobre lo divididos que nos hemos vuelto, y tenemos razón en preocuparnos por las divisiones que siguen creciendo en nuestra vidapública. Al mismo tiempo, considerando laextraordinaria diversidad de nuestro país, podríamos maravillarnos por la forma en que la gran mayoría de nosotros aceptamos lasdiferencias y mostramos hospitalidad y respetohacia nuestros vecinos, incluso en medio de profundos desacuerdos.
El Acta de Igualdad nos lleva en una direccióndiferente. Si bien es cierto que el nombre suenaatractivo (¿quién no está a favor de la igualdad?),el Acta de Igualdad es en realidad profundamenteintolerante. Obliga a un controvertidoentendimiento de los seres humanos, lanaturaleza de todas las personas, y se excede alapuntar a la gente de fe como el blanco.
La idea detrás del Acta de Igualdad parecesuficientemente simple. Hace que las categoríasde “orientación sexual” e “identidad de género”sean protegidas por el Acta de Derechos Civiles. El objetivo es proteger contra la discriminación a las personas que se identifican como LGBT. El deseo de proteger a las personas de la discriminación injusta es loable. Los católicoscreemos que cada individuo es creado a imagen de Dios, por lo cual tenemos la obligación de tratar a todas las personas con dignidad, respetoy compasión. Todos los católicos debemosoponernos a la discriminación injusta. Pero el Acta de Igualdad va mucho más allá de su meta aparente.
Una comprensión cristiana del sexo y el género
No es necesario profesar la fe católica para encontrar problemas con el Acta de Igualdad. Las leyes naturales y de la razón
proporcionan amplios motivos para rechazarla. Pero una perspectiva cristianapuede mostrarcómo la codificación para convertir la ideología de género en ley puede ser dañina.
La comprensión cristiana sobre el sexo y el género no se trata de seguir reglas arbitrarias. Se trata del florecimiento humano,
el bien común y el respeto a la integridad de la naturaleza.
La Iglesia ha entendido desde hace mucho tiempo que un ser humano es una unidad de cuerpo y alma.
Yo no soy una mente que casualmente tiene un cuerpo. Soy un cuerpo animado por un alma, soy una persona completa. La identidad de una persona es inseparable de su cuerpo.
La ideología de género presenta una contrapropuesta a la antropología, afirmando que el cuerpo dado a una persona podría de alguna manera contradecir su la identidad.
Los cristianos reconocen que hay una distinción entre los sexos. La diferencia sexual es fundamental, sagrada, y es una bella dimensión de la naturaleza humana, y la complementariedad entre hombre y mujer encuentra significado en “el florecimiento de la vida familiar”.
Gran parte del lenguaje de las Escrituras y de la tradición sagrada se basan en la comprensión natural del matrimonio como una unión fructífera entre hombre y mujer. La cristiandad se vuelve incomprensible si aceptamos que el matrimonio está basado simplemente en un fuerte afecto o que el género es libre del sexo biológico.
Si bien los católicos deben acompañar a todas las personas, no podemos aceptar una ideología de género, que, como el Papa Francisco dice, “niega la diferencia y la reciprocidad en la naturaleza de un hombre y una mujer y concibe una sociedad sin diferencias sexuales, eliminando así la base antropológica de la familia”.
De hecho, el Santo Padre parece estar hablando directamente sobre el problema que representa el Acta de Igualdad cuando dice: “Esta ideología conduce a programas educativos y promulgaciones legislativas que promueven unaidentidad personal e intimidad emocional radicalmente separadas de la diferencia biológica entre hombre y mujer. En consecuencia, la identidad humana se vuelve la elección del individuo, que también puede cambiar con el tiempo".
Imponiendo la ideología de género Por supuesto, muchos estadounidenses pueden rechazar una visión de la sexualidad arraigada en la leynatural, y tal vez muchos más no aceptan una comprensión cristiana del ser humano. Los Estados Unidos es un país muy pluralista. Uno de los grandes beneficios de vivir en una sociedad libre, es que podemos razonar juntos sobre la mejor manera de vivir en medio de nuestras diferencias. Como señalé a principios de este año, el Papa Francisco ofrece mucha sabiduría en Fratelli tutti cuando enseña que el diálogo nos deja el espacio para buscarjuntos la verdad en una sociedad pluralista.
El Acta de Igualdad pone fin al diálogo. Nos obliga a todos a aceptar afirmaciones tendenciosas sobre la ideología de género.
Dejar espacio para el discernimiento es especialmente importante aquí. Considere un escenario que involucre espacios asignados únicamente para mujeres dentro una escuela. Un joven le informa a un maestro que ahora identifica como mujer, y que desea ser tratado como una mujer. ¿Cómo debe responder un educador?
El discernimiento adecuado implica considerar todo lo que implica esta situación. ¿Qué está sucediendo en la vida de este estudiante? ¿Qué sería justo para todos los estudiantes? ¿Qué clase de adaptaciones y ajustes son posibles? ¿Qué tipode opciones de consejería están disponibles?
No es difícil imaginar varias formas en que un profesor podría responder a esta situación de una manera que sea a la vez sincera y compasiva, fiel y empática.
Pero el Acta de Igualdad sólo permite una forma de manejar esta situación, y es una forma que es injusta para las mujeres que quieren privacidad y, en última instancia, no es compasiva con un estudiante que necesita acompañamiento que es a la vez cariñoso y honesto. Al imponer la ideología de género en escuelas, servicios de caridad y hospitales, el Acta de Igualdad reduce el espacio en el que las personas de buena voluntad puedan discernir sobre la mejor manera de ayudar a las personas que experimentan disforia de género.
Apuntando a la religión
La libertad religiosa es un derecho fundamentalconsagrado como el primero en la Carta deDerechos.
Todas las personasde buena voluntadmerecen el espacio para buscar la verdad sobreDios y para responder a la verdad cuando la hancaptado. Ciertamente, ordenar a la sociedadhacia el bien, respetando la libertad de todospuede ser un desafío.
Pero como mínimo, nadiedebe ser forzado por el gobierno hacer algo en lo que se perciba como profundamente en contra de sus convicciones.
La Iglesia Católica enseña estoclaramente:
La libertad [religiosa] significa que todas las personas deben ser inmunes a la coerción por parte de individuos o de grupossociales y de cualquier poder humano, de talmanera que nadie debe ser obligado a actuar de manera contraria a sus propias creencias, ya sea en privado o en público, ya sea solo o enasociación con otros, dentro de los límitesdebidos. El Acta de Igualdad parece excederseen sus intentos por apuntar a la religion como sublanco. Se auto exime del Acta de Restauraciónde la Libertad Religiosa (RFRA, por sus siglas eninglés). El Acta de Restauración de la Libertad Religiosa (RFRA), es un proyecto de ley que se aprobó casi por unanimidad por el Congreso y se convirtió en ley con la firma del presidente Bill Clinton en 1993. La RFRA básicamente dice que si el gobierno va a imponerle una carga a la religión, necesita tener una muy buena razón, y necesita demostrar que hizo todo lo posible para evitar sobrecargar a la religion.
La RFRA ha sido invocada por musulmanes que buscan la autorización de poder tener una barba corta dentro de la cárcel, para que Indígenasamericanos puedan usar plumas de águila en ceremonias religiosas, para que gente humanitaria pueda dejar agua para los migrantes en el desierto, y —sí— para las religiosas no quieran pagar poranticonceptivos. La RFRA protege a personas de todas las religiones. Pero bajo el Acta de Igualdad, un proveedor de servicios religiosos no está protegido por RFRA si “discrimina” sobre la base de “identidad de género”. Entonces, si un refugiocatólico de mujeres decide que sería mejor no albergar a alguien que es biológicamente un hombre pero que se autoidentifica como mujer en el mismo espacio en el que se albergan mujeres que han sido víctimas de abuso doméstico, ese ministeriono está protegido por el Acta de Igualdad.
El Acta de Igualdad también amplía el significado de acomodaciones públicas. Esto significa que algunas instituciones que normalmente no son consideradas comopúblicas, lo son ahora en virtud del Acta de Igualdad. Por ejemplo, una iglesia es obviamente un edificio religioso. Pero, ¿y si la iglesia tiene un salón de banquetes que alquila para eventos?
La mayoría de la gente razonable diría que la ley no debe obligar a una iglesia a albergar un evento que considera inmoral.
Bajo el Acta de Igualdad, si la iglesia está abierta al público, al no permitir la celebración del matrimonio civil de una pareja del mismo sexoestaría discriminando basada en la orientación sexual.
Por supuesto, en esta instancia, la iglesia objeta la actividad de los participantes, no la “orientación” de los individuos, pero la ley no hace esa distinción. Nuestro reconocimiento de la dignidad inherente de todas las personas no quiere decir que debamoscelebrar una conducta contraria a nuestras creencias.
El Acta de Igualdad también pasa un mandato sobre el aborto al definir "sexo" para incluir "embarazo, parto, o una condición médica relacionada”, una frase que los tribunales han interpretado para incluir el aborto.
Con este truco, el Acta puede decir efectivamenteque negarse a realizar un aborto constituye una discriminación basada en el sexo.
Piense en una médica católica que trabaja en un hospital católico. Ella no esta protegida de ser obligada a realizar abortos aunque trabaja en un hospital católico, porque el hospital es un establecimiento público. Sus derechos a una conciencia individual están menos protegidos, porque ella no tiene un recurso legal bajo la RFRA. Parece que si el asunto está relacionado con el aborto, la ideología de género, o la redefinición del matrimonio, los activistas no están conformes con simplemente hacer lo que quieren.
Con el Acta de Igualdad, están diciendo: "No importa lo que creas, tendrás que apoyar estascosas”. El Acta de Igualdad va mucho más alládel noble deseo de proteger a las personas vulnerables. Establece una sobrecarga en lasconciencias y restringe los derechos de las personas religiosas para que sean libres de practicar su fe.
Por el bien de todos
Todas las personas deben ser tratadas con dignidad y respeto. Hay casos de daños realesque dan impulso a motivar la aparición de leyescomo el Acta de Igualdad. Durante estatemporada de Cuaresma, los cristianosreflexionamos sobre las formas en que hemostratado a otros injustamente, llevando nuestraspropias faltas al sacramento de penitencia, incluidas las veces que hemos tratado a las personas que experimentaban atracción por personas del mismo sexo o disforia de género de una forma inferior al amor. Al mismo tiempo, como el juez Anthony Kennedy ha dicho: “La tolerancia es más significativa cuando es mutua”.El Acta de Igualdad codifica la intolerancia, no solo para las personas religiosas, sino para las personas que tienen preguntas serias y de buenafe sobre el movimiento político transgénero. Como herederos de una larga tradición sobre lo que significa el florecimiento humano, los cristianos tienen un contribución única que hacera la conversaciones sobre sexo y género. Nosotros deberíamos tener espacio para hacerlo.
El cardenal Timothy Dolan es arzobispo de Nueva York y presidente del Comité por la libertadreligiosa de la Conferencia de Obispos Católicosde los Estados Unidos.